A los 12 años empecé a trastear con Photoshop en el Pentium III de mi padre y a hacer mis primeras ‘páginas web’ (descubriendo que si editaba un texto raro llamado ‘html’ el aspecto y estructura cambiaba). Después me volví ‘la diseñadora de la familia y amigos’ y siempre que alguien cercano necesitaba algo relacionado con imagen/vídeo, recurrían a mí. Y yo accedía encantada, porque para mí era un hobbie.

No sabría decir cuántos diseños de camisetas, invitaciones a fiestas/bodas, trípticos, dibujos y vídeos de cumpleaños he hecho por amor al arte (nunca mejor dicho).

Hasta que llegó mi primer trabajo real en 2013: el jefe de una amiga buscaba a alguien para rehacer el diseño de su e-commerce en WordPress (plataforma que descubrí haciendo prácticas en la universidad) ¡y encima me pagaban por ello! Ahí se me encendió esa bombillita que me dijo: Alba, puedes vivir de esto que tanto te gusta y se te da bien.

Y ahora tengo la suerte de poder decir que llevo más de 10 años dedicándome profesionalmente a lo que empezó como un simple hobbie.

Actualmente trabajo como freelance para todo tipo de proyectos y clientes, aunque en los últimos años me he especializado más en diseño gráfico/web orientado al marketing digital.